Ha llegado el día, y Perú se prepara para la beatificación de los tres misioneros mártires, los franciscanos polacos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, y el sacerdote diocesano italiano Alessandro Dordi, asesinados por los guerrilleros de Sendero Luminoso el 9 y el 25 de agosto de 1991 en un paraje perdido de las sierras peruanas. El Papa envió al cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la causa de los santos, para presidir la ceremonia solemne, como ya hizo en mayo con monseñor Romero el El Salvador, cuyo decreto fue firmado por Francisco junto con el de las tres víctimas de la guerrilla peruana de orientación maoista. Delante del altar erigido en el estadio de la ciudad de Chimbote estará también el presidente de Perú, Ollanta Humala y, naturalmente, la Iglesia del país andino en pleno.
El obispo de Chimbote, la diócesis a la cual pertenecían los tres próximos beatos, mons. Ángel Francisco Piorno Simon, quiso poner de relieve el acontecimiento –“sin precedentes en la vida eclesial”- con una carta a la revista “Mar Adentro”. “Sus figuras nos conmueven y nos alientan”, dice el prelado, quien desde marzo del año pasado vive con medidas de protección especiales por las denuncias que ha hecho contra la corrupción y la violencia en la provincia de Ancash, 500 kilómetros al norte de Lima. “Nos conmueven porque si no es fácil entregar día a día nuestra vida en el surco de la existencia, es mucho más difícil enfrentar la muerte con dignidad y valentía cuando ésta se nos presenta cruenta, injusta y cruel”. La muerte llegó para los dos misioneros una tarde de invierno de 1991, en el mes de agosto, cuando unos encapuchados aparecieron de improviso, los capturaron y los hicieron subir a una camioneta con las manos atadas. Durante el viaje se llevó a cabo el juicio sumario y la condena a muerte porque la ayuda que daban a los pobres atenuaba la rabia del pueblo y retardaba la revolución. La ejecución fue poco después, cerca del pequeño cementerios del pueblo de Pariacoto. “Podemos intuir cómo latiría su corazón y cómo los asediaría el miedo; los dos eran jóvenes y en su interior tuvo que emerger el legítimo instinto de vivir”, dice el obispo en su carta. “La mayor parte de los seres humanos no estamos preparados para un momento así. Ellos en cambio sí lo estaban. Las pequeñas fidelidades de cada día los prepararon para ese testimonio magnífico de fidelidad sin límite”.
El padre Alessandro Dordi fue asesinado en una emboscada el 25 del mismo mes cerca del Rio Santa, un domingo cuando volvía de celebrar la Misa en un poblado e iba hacia otro, acompañado por dos catequistas que después fueron testigos de lo ocurrido, Gilberto Ávalos Tolentino y Orlando Orué Pantoja.
El rito con la lectura del decreto de beatificación se llevará a cabo en el estadio de la ciudad de Chimbote, un importante centro industrial y pesquero, el sábado 5 de diciembre, mientras la noche previa habrá una vigilia de oración en la Catedral, con delegaciones provenientes de todas las diócesis de Perú. El domingo 6 de diciembre, se inaugurará una muestra fotográfica sobre el beato Alessandro Dordi y será celebrada la misa de agradecimiento. A la tarde, comenzará una peregrinación hasta el lugar del martirio y a las 17 horas tendrá lugar la ceremonia de colocación de la piedra fundamental de la capilla “Beato padre Sando Dordi”. La Conferencia Episcopal Peruana, por su parte, informa que ha previsto, en las localidades de Pariacoto donde vivieron los dos franciscanos polacos y Santa, donde se radicó el italiano Dordi, diversas actividades. Al día siguiente de la beatificación tendrá lugar la Marcha por la paz hasta el lugar exacto donde fueron asesinados los dos misioneros polacos; en ella participarán los habitantes de los 73 poblados donde los dos frailes realizaban su tarea de evangelización.