Debía ser inaugurada el 13 de septiembre de 1973, pero dos días antes el general Augusto Pinochet dio el golpe que lo mantuvo en el poder los diecisiete años siguientes. Los cuadros de José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros fueron apresuradamente embalados y embarcados en un avión de Aeroméxico junto con los familiares de Salvador Allende –la viuda y los dos hijos- y volvieron a los museos mexicanos de donde provenían. El próximo jueves 19 de noviembre, 42 años después de “la fuga”, se volverá a abrir la “exposición pendiente” en el mismo lugar donde debía ser inaugurada en aquella fatídica fecha: el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile. Con el título: “La exposición pendiente 1973-2015. Orozco, Rivera y Siqueiros”.
Los murales estarán expuestos cerca de cuatro meses, hasta el 13 de marzo de 2016. “La exposición pendiente” no será exactamente igual a la que planearon en 1973, que hubiera incluido la exhibición de 169 obras de la colección Alvar Carrillo Gil, una de las más importantes del arte mexicano del siglo XX. La versión que se inaugura los próximos días estará integrada por 76 obras, pero “reproduce fielmente el espíritu y el diseño conceptual de la exposición original”, aseguran los organizadores.
La muestra presentará al público chileno una rigurosa selección de la etapa cubista de Diego Rivera; 22 obras de David Alfaro Siqueiros, entre pinturas, litografías y croquis, mientras de José Clemente Orozco se mostrará gran parte de su trabajo previo a los murales, constituido por óleos y grabados de contenido político. “Es posible que esta sea la muestra de arte mexicano más importante que se haya presentado en Chile durante las últimas décadas”, prometen.