El enigma, el eterno misterio sobre la muerte de Pablo Neruda, que a veces parece atravesado por un relámpago de certeza, agita otra vez las aguas tras el reponso del Servicio de Medicina Legal chileno, que en noviembre de 2013, en base a complejos estudios toxicológicos realizados en las universidades de Carolina del Norte, Estados Unidos, y de Murcia, España, habían confirmado que efectivamente Neruda murió en 1973 debido al cáncer de próstata que sufría y que no había ninguna evidencia de que hubiera sido envenenado por agentes de la dictadura de Pinochet, tal como denunció su chofer. Pero poco menos de dos años después del dictamen que se consideraba definitivo, un nuevo informe, esta vez de un organismo oficial chileno dependiente del Ministerio del Interior, revela que el Premio Nobel de Literatura probablemente fue asesinado. En el documento se afirma que del análisis de las evidencias surgidas en estudios “resulta claramente posible y altamente probable la intervención de terceros en la muerte de D. Pablo Neruda”.
El informe de 11 páginas, fechado el 25 de marzo de 2015, lleva las firmas del secretario ejecutivo del “Programa de Derechos Humanos” Francisco Ugás Tapia y del jefe del Area jurídica, Rodrigo Lledó Vásquez. “Desde el punto de vista probatorio, es posible concluir que, si bien Pablo Neruda padecía un cáncer de próstata, el cual había deteriorado seriamente su estado de salud, asimismo, no se estableció en su momento ni tampoco durante el curso de la investigación, que la muerte se haya producido a consecuencia del cáncer que sufría”, señala el cuarto punto de las nuevas conclusiones. El informe ministerial vuelve a definir como “altamente probable la intervención de terceros”, una participación que habría consistido en “la inoculación, mediante una inyección en el abdomen del poeta, durante su estancia en la Clínica Santa María, de sustancias aún no determinadas en la investigación, y que le habrían producido la muerte aproximadamente seis horas más tarde”.
La conclusión del informe es también la principal “revelación” del libro de próxima aparición del historiador y biógrafo de Neruda, Mario Amorós, titulado “Neruda, el príncipe de los poetas”.
El Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de Chile –un organismo oficial del gobierno de la presidente Michelle Bachelet- vuelve a plantear la tesis del asesinato de Neruda y se constituye en parte querellante en el juicio.
Es importante observar que la Fundación Pablo Neruda, formada por los familiares del poeta, desde el principio se mostró propensa a aceptar la versión oficial consagrada en el certificado de muerte del 24 de septiembre de 1973, donde se declara que el deceso se debió a una “caquexia cancerígena”, que los diccionarios médicos definen como “un síndrome relacionado directamente con una enfermedad subyacente que se caracteriza por una marcada pérdida de peso, masa adiposa y masa muscular, y por el aumento del catabolismo proteico”.