GABO EMIGRA A LOS ESTADOS UNIDOS. La familia del escritor cede a la Universidad de Texas el archivo personal de García Márquez. Polémica en Colombia

Examinado, analizado por la posteridad: “Es como si te pillaran en ropa interior”
Examinado, analizado por la posteridad: “Es como si te pillaran en ropa interior”

A pocos meses de su muerte –ocurrida el pasado mes de abril- la familia de Gabriel García Márquez ha decidido vender al Centro Harry Ransom de la Universidad de Texas, Austin, los archivos personales del escritor colombiano. La colección incluye los manuscritos originales de diez novelas, entre ellas su obra maestra “Cien años de soledad” (en la versión definitiva enviada al editor), dos máquinas de escribir, cinco computadoras, más de 40 álbumes de fotografías, una copia de su novela inconclusa “En agosto nos vemos” y una correspondencia de 2000 cartas que contiene intercambios epistolares con otros gigantes de la literatura como Graham Green, Milan Kundera, Julio Cortázar, Gunter Grass y Carlos Fuentes. Hay también algunas cartas escritas a su amigo Fidel Castro.

Por paradójico que pueda parecer –y muchos colombianos y no colombianos hicieron notar que los Estados Unidos prohibieron la entrada a García Márquez hasta 1995- afirman que la decisión de la familia se debe a que la Universidad de Texas posee uno de los archivos literarios más renombrados del mundo.

Como declaró la ministra de Cultura colombiana, Mariana Garcés, “la familia debe haber pensado que allí estaría mejor garantizada su conservación y sobre todo el uso público y académico”. Por otra parte, hay que reconocer que las autoridades colombianas nunca hicieron llegar una oferta formal y tampoco se conocen los detalles de la estadounidense.

Es cierto que en Texas el valioso archivo del escritor premio Nobel 1982 estará en buena compañía, junto al de autores como James Joyce, Ernest Hemingway, William Faulkner y Jorge Luis Borges, solo para citar algunos.

“Es como una ventana abierta al laboratorio de un renombrado alquimista a quien no siempre le encantó la idea de que se conocieran las recetas de sus pociones”, dijo José Montelongo, especialista en literatura latinoamericana de la Universidad de Texas y encargado de evaluar el material. “Nos muestra los puntos débiles, las versiones descartadas, las palabras eliminadas. Se ve muy bien la lucha de la creación”.

Queda la duda sobre lo que pensaría Gabo de todo esto. Tomando en cuenta sus declaraciones en el pasado, la posibilidad de un ejército de académicos decididos a indagar cada detalle de su obra no lo entusiasmaba en absoluto: “Es como si te pillaran en ropa interior”, le dijo a Playboy en 1983.

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