Exactamente el 29 de este mes cumplirá 50 años. Ella lo niega, pero es verdad. Corría el año 1964 cuando su inconfundible figura apareció por primera vez en la revista argentina “Primera Plana”. Después de aquella viñeta, le bastaron 9 años (se publicó hasta fines de 1973) para conquistar las mentes y los corazones de millones de lectores, convirtiéndose a pleno título en uno de los personajes argentinos más famosos del mundo, en compañía de personas como Evita, el Che Guevara y ahora el Papa Francisco. Pero a pesar de la edad, Mafalda no ha envejecido en absoluto. Algunas frases de esta niña-filósofa, anticonformista y rebelde, amante de los Beatles e irreductiblemente enemiga de la sopa, parecen escritas pensando justamente en el mundo acelerado, complicado e hiperconectado de hoy. ¡Cuánta implícita previsión se resume en “lo urgente no deja tiempo para lo importante”! O aquella, “¿No será acaso que ésta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?”.
Por otro lado –y no podía ser de otra forma- Mafalda refleja el pensamiento de su creador, Quino (Joaquín Salvador Lavado), quien acaba de ganar el premio “Príncipe de Asturias de comunicación y humanidades”, concedido por primera vez a un escritor de historietas.
El genial dibujante participó en Buenos Aires de la exposición “El mundo según Mafalda” y dijo algunas cosas que tranquilamente hubieran podido salir de la boca de su personaje. Lo mismo que para Mafalda, los temas preferidos de Quino tienen que ver con los problemas económicos y sociales, las desigualdades, la injusticia, la corrupción, los derechos de los niños, la guerra o el cuidado del ambiente. “¿Por qué me dicen que hay que ser bueno y no pelearse con nadie, si los adultos no paran de hacer exactamente eso?”, se preguntó durante la presentación de la muestra, tal como hubiera hecho la niña en alguno de sus famosos e impertinentes interrogantes.
Quino se mostró preocupado por la situación actual del mundo, desde la deforestación del Amazonas hasta las guerras. Recordó su infancia, marcada por la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundia: “En mi casa aquellos días se vivieron muy dramáticamente”. Lo mismo que su compatriota, el Papa Francisco, él también habló de Tercera Guerra Mundial, y expresó el deseo de que nunca se produzca.
Pero quizás, como dijo aquel gran admirador de Mafalda que era Gabriel García Márquez, Mafalda-Quino nos enseñaron sobre todo que los niños son depositarios de la sabiduría, aunque “Ser niño es muy difícil en cualquier época”. Y puso como ejemplo el caso de los menores mexicanos que cruzan solos la frontera para entrar a los Estados Unidos y son devueltos a México: “Es la primera vez que veo una situación como ésta”. (Oleada de niños migrantes)
Justamente el tipo de cosas que hacen dar ganas de gritar, como Mafalda: “¡Paren el mundo que me quiero bajar!”.