Mons. Ubaldo Calabresi, fallecido en 2004, fue Nuncio en Argentina entre 1981 y 2000. Del Nuncio, Mons. Jorge Mario Bergoglio dijo en una oportunidad: «Monseñor Calabresi le hizo mucho bien a mi vida de sacerdote. Por eso no me olvido de él y todos los días le pido que me ayude desde el cielo». En efecto, entre el Nuncio y el padre Jorge Mario se fue construyendo desde 1992 una relación de amistad sincera que dio muchos frutos en el trabajo eclesial y la iglesia local.
El 13 de mayo de 1992, hace 25 años, día de la solemnidad de la Virgen de Fátima, Mons. Ubaldo Calabresi le comunicó de una manera muy singular al padre Jorge Mario Bergoglio que el Papa Juan Pablo II lo había nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires, para que ayudara y acompañara al anciano y enfermo cardenal Antonio Quarracino.
El cardenal Jorge Mario Bergoglio, en el libro “El Jesuita”, relató a Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti: «Monseñor Ubaldo Calabresi me llamaba para consultarme acerca de algunos sacerdotes que, seguramente, eran candidatos a obispo. Un día me llamó y me dijo que esta vez la consulta debía ser personal (…)». Sigue explicando que debido a la manera de operar de la compañía aérea, ambos se encontraron en el aeropuerto de la ciudad de Córdoba, y al final concluye: «Fue así que conversamos allí —era 13 de mayo de 1992—, me hizo una serie de consultas de temas serios y, cuando (estaba por abordar) el avión (…) de regreso a Buenos Aires (…), me informa: “Ah… una última cosa… fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires y la designación se hace pública el 20…”. Así nomás me lo dijo».