La señal de largada la dio esta semana el actual obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, quien hizo todo lo posible para que comenzara cuanto antes. “Desde que asumí esta responsabilidad pastoral he querido dar toda mi colaboración y siempre encontré en la máxima conducción de la Conferencia Episcopal Argentina una gran sensibilidad e interés por la causa Angelelli”, declara el prelado a Tierras de América. Ya en 1983, siete años después del asesinato de Angelelli, varios obispos argentinos pidieron que se aclararan las circunstancias de su muerte, que desde el principio habían despertado sospechas. “Me refiero a cuatro obispos muy reconocidos por su compromiso con los derechos humanos”, aclara Mons. Colombo, dando los nombres y la diócesis a la que pertenecen: De Nevares (Neuquén), Novak (Quilmes), Hesayne (Viedma) y Mendiharat (Salto, Uruguay). “Ellos expresaron, pero no fueron los únicos, lo que muchos pensaban y decían en La Rioja desde el primer momento: “¡A Angelelli lo mataron!” Sobre todo, si te tiene en cuenta que su muerte fue la última de una serie de muertes ocurridas en los días inmediatos anteriores, me refiero a los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera”.
Mons. Colombo será quien interrogue a los testigos en la instrucción diocesana que acaba de comenzar y documentará la fama de santidad y las condiciones en que se produjo el homicidio de Angelelli en agosto de 1976. Colombo también designó formalmente la Comisión histórica del Tribunal diocesano, de la que formarán parte, entre otros, el obispo emérito Roberto Rodríguez, otra figura importante para la puesta en marcha de la causa, e varios sacerdotes. Estos últimos deberán reunir los escritos de Angelelli –se sabe que el trabajo de compilación se encuentra bastante avanzado-, las grabaciones y filmaciones que de él existen, que no son muchos, analizarlos y clasificarlos, elaborar a partir de ellos las respuestas que se exigen para un procedimiento de este tipo, antes de enviar todo a Roma.
Se sabe que el Papa Francisco en varias oportunidades pidió información sobre el estado de la causa penal que abrió la justicia argentina para dar un rostro a los mandantes y ejecutores del asesinato. “El Papa conoció a Mons. Angelelli”, explica Colombo. “Como provincial jesuita durante esos años visitó la diócesis donde trabajaban algunos sacerdotes de su orden, algunos de los cuales incluso habían sufrido la persecución y la cárcel en esos días”. Mons. Colombo recuerda que “en 2006, en ocasión del 30° aniversario del asesinato de Angelelli, Bergoglio encabezó las celebraciones con la participación de numerosos obispos y sacerdotes. Fue elocuente su homilía de entonces. Todos la recuerdan con emoción. Como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina dispuso la creación de la comisión investigadora ad hoc, presidida por Mons. Giaquinta”.
Los juicios que se realizaron en Argentina sobre la muerte de Angelelli aportaron importantes certezas. Quedó comprobada la mecánica de un falso accidente automovilístico premeditado y provocado cuando el auto en el que viajaba Angelelli circulaba por la ruta nacional 38 –que hoy lleva el nombre de “Ruta Monseñor Enrique Angelelli” – a la altura de la localidad de Punta de los Llanos. La responsabilidad del atentado se atribuye al Tercer Cuerpo de Ejército y en julio de 2014 fueron condenados a cadena perpetua el ex general Luciano Benjamín Menéndez, Luis Fernando Estrella y otros militares.
La causa que acaba de abrirse en la diócesis de La Rioja no tiene fecha de vencimiento establecida sino que la intención de los promotores es proceder sin perder tiempo. Uno de los miembros de la Comisión histórica recién constituida, Pedro Goyochea, declaró: “lo que se va a comprobar es su martirio, es decir, sufrir una muerte violenta a causa del evangelio, a causa de la pastoral de conjunto, que como lo definió el obispo Colombo, fue una decisión de Mons. Angelelli de aplicar las condiciones del concilio Vaticano Segundo, en nuestra provincia”. Otro sacerdote que integra el Tribunal Diocesano instituido en el diócesis, Roberto Queirolo, anticipó al diario local Chilecito que “en dos años podría estar terminada la instrucción para enviar la causa a la Santa Sede”, como ya se hizo con los curas de Chamical, Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, cuya fase diocesana concluyó el 15 de mayo pasado y el mismo Colombo llevó todo el material a Roma después de asistir a a beatificación de monseñor Romero en El Salvador. El padre Roberto Queirolo recordó que después del homicidio de Murias y Longueville y del laico Wenceslao Pedernera, ocurridos con pocos días de diferencia en julio de 1976, “todos los sacerdotes le pidieron a Angelelli que se proteja, pero él decidió quedarse con su pueblo y no dejar solas a sus ovejas”.
El Papa Francisco sigue con atención el proceso de beatificación y “quiere darle celeridad”, admitió el perito de La Rioja, quien recordó también que en 2006, cuando se cumplieron 30 años del asesinato, Bergoglio manifestó en una homilía en la catedral de La Rioja que el fallecido obispo “recibía pedradas por predicar el Evangelio y derramó su sangre por ello”. Por otra parte, una copia de las dos cartas que Angelelli llevaba consigo en el momento de ser asesinado habían sido enviadas al Vaticano pocos días antes y son las mismas que el Papa devolvió al obispo de La Rioja. “En la causa de Mons. Angelelli fue decisiva la inclusión de dos documentos que el Papa nos envió para presentar ante los tribunales argentinos”, reconoce monseñor Marcelo Colombo.