Treinta y cinco años después del fatídico disparo en la capilla de la Divina Providencia de San Salvador, que puso fin a la vida de monseñor Romero, la Iglesia salvadoreña pide que se haga justicia. Lo reclama en nombre de todos el obispo auxiliar de la capital, Gregorio Rosa Chávez, amigo personal y uno de los más decididos promotores de la causa de beatificación del arzobispo asesinado. “Si vamos a ver en los archivos (judiciales) el caso de monseñor Romero, (vemos que) no está investigado, entonces, nosotros (la iglesia) queremos perdonar ciertamente, pero el elemento justicia es condición para el elemento perdón”, declaró el domingo al terminar la misa en la catedral metropolitana, donde se encuentra la tumba del beato Romero.
Rosa Chávez recordó que en el mes de abril de 2000, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió una resolución en la que pidió al Estado salvadoreño que investigara el caso, identificara y sancionara a los responsables y reparara a los afectados. Despué de esa resolución, en marzo de 2010, el entonces presidente Mauricio Funes pidió perdón en nombre del Estado por el asesinato de monseñor Romero, pero hasta el momento la justicia no ha investigado el magnicidio. “Hay un déficit bastante grande con respecto a monseñor Romero, ellos (la justicia) han abandonado la petición de que se investigue el caso seriamente”.